Al parecer mis hijos viven apurados y llegan a este mundo antes de lo esperado. Con Kung Fu Baby mi cuerpo decidió irse a huelga, mi hígado dejó de funcionar y de la consulta me mandaron directamente al hospital para inducirme el parto porque la presión arterial la tenía por el cielo.
Aunque cuando quedé embarazada de Baby Oli tenía más años encima y ya estaba en mis treintas, realmente mi cuerpo estaba en mejores condiciones, ya que por más de un año y medio estuve yendo religiosamente a citas con mi nutricionista.