Siempre que regreso de visitar a mi familia en Venezuela me pasa lo mismo, me deprimo. Ya hace un mes que regresé y no me puedo recuperar; creo que es por la situación por la que está atravesando el país y sé que mi familia está pasando mucho, pero mucho trabajo. Le pido todos los días a Dios que me de trabajo para poder traérmelos a todos, y aunque tengamos que comer pan duro con agua, por lo menos tener tranquilidad de que están seguros y no en un país violento donde solo rige la anarquía. Un día de estos se que tendré la alegría de contarles que los tengo conmigo, hasta ese entonces, ayúdenme con buenas vibras para que el Universo conspire a nuestro favor. ¡Gracias!