En el Episodio de hoy escucharás la historia de parto de Adriana López de Mami Alrevés, ella nos cuenta cómo emigrar de país afectó su decisión de crear una familia con su esposo y de que a pesar de que el reloj biológico le empezó a pedir a gritos el convertirse en mamá, lo continuo postergando.
Adriana nos cuenta como un embarazo totalmente deseado pero no planificado la tomó por sorpresa y como no supo cómo decirle a su esposo, se tardó dos semanas en decirle de la manera más espontánea.
El quedar embarazada le abrió un mundo totalmente desconocido al tener que aprender a navegar un sistema de salud diferente al que estaba acostumbrada y enfrentarse a la realidad de no tener seguro médico en los Estados Unidos, lo cual la lleva a un hospital universitario donde empieza a recibir controles prenatales.
Todo iba bien, hasta que a la semana 12 empiezan los problemas con la presión alta y basándose en su experiencia de que en Venezuela eso significaba cesárea automática, empezó a preguntar y buscar respuestas, pero los médicos le aseguraban que no había problema.
Decide hacerse la alfafeta proteína, un examen de sangre que arroja que tiene altas probabilidades de que el bebé tenga Síndrome de down y le aconsejan hacerse la amniocentesis. Ella decide hacerlo con el propósito de estar preparada y aprender todo lo que necesitaba saber sobre el tema en caso de ser cierto.
Por su parte, los resultados de la citología salen alterados y le piden que se haga una Colposcopia exámenes, los cuales terminan haciendose una vez el embarazo está muy avanzado para descartar cualquier problema debido a la mala comunicación entre los estudiantes y médicos que estaban llevando su historia médica.
Adriana nos cuenta cómo se sentía totalmente abrumada y como quisieron inducir el parto a las 38 semanas de gestación, y de cómo tomó la decisión de no presentarse el dia que estaba programada la inducción.
Finalmente llega a las 40 semanas, luego de pasar tres semanas sin ningún control médico y preguntándose a si misma si había sido la mejor decisión.
Justo a las 40 semana pierde el tapón mucoso y decide ir a la sala de emergencias para asegurarse de que todo esté bien, una vez ahí le empiezan a cuestionar por no haberse presentado a la inducción y cuando la doctora le hace el tacto, le rompe la fuente sin siquiera preguntar.
Cuando pregunta si se puede ir a la casa porque no está dilatada, le dicen que ella no se va para ninguna parte y empiezan la inducción.
Una cascada de intervenciones por la carrera contra el reloj que tenia los médicos la llevan al quirófano y su bebé termina naciendo por cesárea cuando solo habían pasado 10 horas desde que pisó emergencias.
Su experiencia la llevó a convertirse en doula para que su historia no se repitiese.
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