La Batalla de los nombres de Bebé

Cuando quedé embarazada de Kung Fu Baby Boy yo ya tenía los nombres escogidos, uno de niña y otro de niño. Si hubiese sido niña se hubiese llamado Eva Luna, el nombre de niño era Bruno.

Nadie pudo opinar y si en algún momento lo hicieron, la verdad que me tuvo tan sin cuidado que no recuerdo quien lo objeto, ni bajo cuales razones. Ni siquiera mi esposo tuvo derecho a decir ni pio. Realmente fue una decisión mía y solo mía, porque yo quería un nombre bien masculino, que pocos niños lo tuvieran y que sonara lo mismo en Español que en Inglés.

Luego a mi esposo se le ocurrió la brillante idea de preguntarles a sus hijos del primer matrimonio que escogieran nombres para el bebé. Yo no dije nada y lo deje que anotara todos y cada uno de los nombres que le fueron dictando por teléfono.

Al final de la llamada terminé con una lista de nombres de bebé. ¡Uno peor que el otro!

Sin embargo, su hijo sugirió que le pusieran de segundo nombre, el mismo que él llevaba, así que accedí a que lo compartieran y ambos llevan el Nicolás por segundo nombre.

Bruno Nicolás me pareció perfecto.

Varios años pasaron y llegó el turno de nombrar a un segundo hijo. Antes de conocer el sexo hablamos de Mia Victoria para la niña y de Brandon u Oliver si era niño (con el Nicolás de segundo nombre).

Kung Fu Baby Boy tenía otros planes en mente y desde que le contamos que yo estaba embarazada, el enseguida dijo que el bebe se llamaría Jayden.

Luego, cuando nos enteramos que sería un niño, se le metió en la cabeza que tenía que llamarse Andrew Joseph… ¡Pegué el grito al cielo!

La verdad que son nombres lindos, pero así como sabía que él se llamaría Bruno, una vez que confirmaron que tendría otro niño, pues tuve esa sensación de que se llamaría Oliver, se siente como Oliver.

Suena medio loco, pero la verdad es que esos nombres como que no le iban al bebé. El problema fue cuando me atreví a contradecir a Kung Fu Baby Boy y a decirle que el bebé se llamaba Oliver.

Ufff! Se enojaba de una manera impresionante y apasionadamente, era como que no podía decir nada porque se ofendía y terminaba la conversación de una vez.

Traté de convencerlo contándole la historia de su nombre y de como ahora todo el mundo comenta en lo lindo que es y de lo bien que le va a él; pero KFB seguía empeñado en Andrew porque Oliver era un nombre horrible para su hermano.

El tiempo fue pasando y no teníamos ninguna mejora, hasta que un día le dije que si el bebé se llamaba Oliver, él le podía decir Oli.

¡Solo eso bastó!, se quedó pensando, lo repitió varias veces y por fin aceptó que su hermanito se llamará Oliver Nicolás.

Realmente nunca pensé que nombrar al segundo hijo fuese tan complicado, ¿Te pasó algo así cuando escogias entre los nombres de bebé?… ¡Cuéntame!